La palabra quiromancia proviene del término griego «Quiros» que significa palma de la mano. «Mancia» significa adivinación. En occidente su origen se remonta a aproximádamente 5000 años. Existe una historia que narra una larga tradición
La palabra quiromancia proviene del término griego «Quiros» que significa palma de la mano.
«Mancia» significa adivinación.
En occidente su origen se remonta a aproximádamente 5000 años.
Existe una historia que narra una larga tradición sobre el uso de este arte durante épocas que abarcan culturas como las del pueblo griego y el romano pasando por la edad media hasta nuestros días.
Aristóteles encontró un libro sobre quiromancia que consiguió del antiguo Egipto, encima de un altar dedicado al diós Hermes. Se dice que la obra estaba escrita en árabe y letras de oro.
Aristóteles regaló el libro a Alejandro Magno, quien ordenó su traducción para poderlo difundir a través de los eruditos europeos. Esto ocasionó que la lectura de la mano se difundiera rápidamente por todo el mundo considerándose una importante disciplina de estudio.
Tanto en Índia como en China se encontraron escritos sobre la interpretación de las manos datados de la misma época.
En america latina se encontraron documentos posteriores al descubrimiento del continente.
Los aztecas y los incas fueron grandes estudiosos de la palma de la mano.
A pesar de toda la historia que se conoce y los estudios que descubren alguna evidencia no es hasta mediados del siglo XX y principios del XXI que se puede comprobar cientificamente la autenticidad de la lectura de las manos.
En 1945 un obrero de la construccion en Alemania tuvo un accidente que le provocó un traumatismo craneoencefálico. Esto le ocasiono que las lineas de las manos se le borraran. Conforme fue recuperándose y teniendo conciencia de nuevo, las manos volvieron a mostrar sus lineas. Se pudo demostrar que la palma de la mano contiene zonas reflejas conectadas a las neuronas cerebrales, al igual que pasa con otras partes del cuerpo. Las terminaciones nerviosas de cada célula de las manos son un reflejo de las zonas del cerebro asociadas.
En 2001 en el hospital de Arsonval de Lyon en Francia, se pudo observar mediante continuos encenafalogramas como un paciente después de un transplante de manos cambió las funciones cerebrales que fueron variando conforme iba aceptantdo su cuerpo la operación. Los médicos se dieron cuenta de que las lineas de sus manos se modificaban durante este proceso. Llegaron, pués, a la conclusión de que las lineas de las manos se marcan por impulso cerebral nervioso, por lo que quedó demostrado que entre el cerebro y la mano existe una estrecha relación.
Los romanos elevaron a la quiromancia a la categoría de arte.
Se sabe que Julio César utilizaba la quiromancia para tomar decisiones sobre acciones de guerra y para elegir a los altos cargos. Con la caida del imperio romano y la instauración del cristianismo en el poder, se desestimó este método que fue perdiendo interés, siendo relevado al campo de lo esotérico.
Su practica fue tachada de magia y brujería llenando de prejuicios y supersticiones todo este conocimiento.
Durante el renacimiento también resurgieron sabios y estudiosos que practicaban el arte de la quiromancia. Se utilizó este lenguaje para detectar enfermedades. Gracias a la pérdida de la influencia social y política de la iglesia, durante los siglos XVII y XVIII, la quiromancia se empieza a rescatar por toda Europa, aunque con tintes de superstición.
A finales del XIX y principios del XX se asientan las bases de la quiromancia moderna, y es así como surge la lectura de manos científica.
A partir del s XXI, después de aproximadamente 5000 años de su descubrimiento como arte adivinatorio, se va instaurando su considerancio como herramienta de conocimiento.
La aceptación de la eficiencia de las artes intuititvas es una lucha dificil de aceptar. Seguramente también tiene que ver el excaso rendimiento económico que supone su puesta en práctica. Nos encontramos con el enfrentamiento de la razón con la intuición. Dicen los quirománticos, que adentrarse en la lectura de la mano es aceptar ver de una manera que no nos han enseñado, saliendo de la linea del tiempo y utilizando el lenguaje de la intuición. Esto ocasiona que no falten los detractores, que aunque la mayoría de veces responden con argumentos que demuestran su ignorancia, les de pie para posicionar a la quiromancia como un arte que despierta la polémica. Pero cada vez son más las personas que deciden recuperar este lenguaje impreso en el alma de cada individuo descubriendo que no se trata de un arte que predice ningún futuro, sino que más bien, muestra la situación presente del consultante, en el momento que recibe la interpretación o la lectura de sus manos.