Ley del Espejo

¿Te asusta mirarte en ellos? La teoría del espejo dice que lo que nos molesta de otra persona es algo que tenemos que resolver en nosotros mismos. Hay discrepancias en esta afirmación, como en casi

¿Te asusta mirarte en ellos?

La teoría del espejo dice que lo que nos molesta de otra persona es algo que tenemos que resolver en nosotros mismos. Hay discrepancias en esta afirmación, como en casi todo lo que implica a las creencias. 

La clave es comprender que todo empieza en uno mismo

Ya lo dice el dicho popular, cuando señalas a alguien hay tres dedos que están apuntando hacia tí. La ley del espejo afirma que lo que sacas a relucir de otra persona, especialmente si te molesta o no lo soportas, tiene que ver con un aspecto de tu personalidad que no has resuelto.

Lo dejaron plasmado sabios filósofos, artistas e infinidad de pensadores: las personas que más luz proyectan son aquellas que más han abrazado a su sombra.

¿Qué es la sombra?

Podríamos entenderlo como esos “demonios internos”, esos pensamientos destructivos que también algunos autores han apuntado a lo largo de la historia como los “yoes psicológicos” que habitan dentro del ser humano. Se pasean campando a sus anchas bombardeando de estímulos la mente y el cuerpo generando así diversas emociones, sensaciones y pensamientos.

Se ha aconsejado practicar técnicas de observación para mantenerlos a raya, con el fin de debilitarlos o disolverlos. Los yoes psicológicos, suelen fortalecerse atacando a los puntos débiles de la persona. Detectan sus complejos o sus inseguridades. De esta manera aumentan el desequilibrio emocional, y es cuando surgen comportamientos que le perjudican con esas conocidas reacciones de ira, frustración, insatisfación, apatía o soberbia, entre otras.

La metáfora de los espejos se emplea para ilustrar situaciones donde nuestro comportamiento se ve influenciado por esas personas que, a veces, nos sacan de nuestras casillas. Si nos alteran o desequilibran, habitualmente tienen similitudes con aquello en lo que se están reflejando. Es decir, posiblemente se parecen más a tí de lo que ellas o tú alcanzáis a imaginar.

En definitiva, las personas o espejos, actuamos como maestros cuando nos presentamos colectivamente opciones que son oportunidades de vida para que nos demos cuenta de lo que tenemos que trabajar en nosotros mismos.

Cada uno hacemos una función similar hacia el otro. Es un juego de interacción mediante el que se nos permite conocer aspectos de nuestra sombra.

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